Hola de nuevo! Pretendía que mi segundo post hablara de mis divertidas clases de guión, pero como buena periodista, diré que la actualidad manda, y estos dos últimos días he visto cosas que me parecían mucho más interesantes que contar.


La gente que me conoce y no hace falta que me conozca mucho, sabrá que soy tan torpe como un elefante en una cacharrería, y demasiado bien me estaba portando en los últimos tiempos, pero la cosa no se ha podido dilatar más y el martes sucedió. Estaba yo muy tranquila en mi importante trabajo en Mcdonald's, happy meal por aquí, cocacola sin hielo por allá, cuando algo sucedió, nada importante para una persona con destreza, pero una odisea para mí. El armario de los vasos de café se había atascado, lo intenté una vez y otra vez con más fuerza hasta que la puerta se abrió, si, se abrió, pero llevándose por delante mi muñeca y mi dedo índice y corazón de la mano derecha. Terminé mi turno así como pude, demostrando mi gran habilidad con la mano izquierda, y al llegar a casa descubrí como mis dedos se habían convertido en morcillitas adorables. Llamé al trabajo y muy amablemente me dijeron que si me había puesto hielo, me dieron ganas de contestar que pensaba que era mejor bailar sevillanas, pero me decidí por un of course (claro), ya cuando vieron que a pesar de ser española en mi cabeza vivía un cerebro me dijeron que mejor fuera al médico, y ahí es cuando empezó mi aventura.

-El hospital

Me levanté temprano, y busqué en Internet donde acudir en estos casos, la verdad que no me quedó claro y fui a la farmacia, allí una señora mayor majíasima me acompañó hasta la parada del autobus y me dijo que era la última parada. He de reconocer que estaba un poco nerviosa no por mi mano, que ya podía imaginar que tenia un esguince si no por como iba a explicarle yo al médico mi problema, y además me daba pánico la idea de pasarme toda la mañana en el hospital sola, por que a urgencias sabes cuando entras pero nunca sabes cuando sales.


Después de 20 minutos en el autobus pasando por campos de golf y casas sacadas de películas de antena 3, sabes esas casas de tejado inclinado, dos plantas y empedradas que son las favoritas del vecino psicotico o de la niña desobediente que se cae al pozo, pues de esas. llegué a mi destino, ahí estaba yo mas chula que un ocho, delante del Royal Infirmary Hospital, unas cuantas preguntas, y di con la puerta.


Con mi primer pie dentro del hospital, vi que algo fallaba, ¿Porqué no olia a venda, a gasa, a alcohol desinfectante ¿Dónde estaba el señor que tose, la mujer en bata o la camilla bloqueando la puerta ?Para mi sorpresa no estaban, en su lugar esta amable gente tenía un frutería, una tienda de ropa, una cafetería de las verdad y un kiosco y mi cosa favorita, una PELUQUERÍA, así como os lo cuento, miraba a derecha y a izquierda intentando encontrar algo que me resultara familiar, pero no pasaba. Te imaginas ver a un señor en silla de ruedas con su bata del hospital, en la peluquería poniéndose guapo, claro estar enfermo no esta reñido con ser coqueto y un olé por el.


Después de ese pasillo más parecido a un centro comercial, que a lo que en mi mente se refleja como hospital, llegue a la sala de urgencias, vacía, en el mostrador dos chicas muy amables me pidieron los datos y me dijeron que me sentara, mi culo no había tocado aún la silla cuando salió uno enfermera y dijo mi nombre ¿ En serio ya?en menos de un minuto estaba frente al doctor, el cual dato poco relevante pero verídico era bastante guapo, que con un escoces muy fluido me intentó explicar que me pasaba, a lo que yo entendí: blabalbalbalbalbalbalba una semana de descanso. Y sonreí, como he aprendido a hacer aquí, es una sonrisa especial, es de te he entendido pero no sigas, él, chico listo lo pilló al vuelo y me dejo con la enfermera, la cual quería cortarme los anillos que no salían de mis morcillones dedos, y una voz salió de mí sin permiso y le dijo: NO! usa jabón por favor! y lo hizo.


Al terminar mi pequeña odisea, le pedí mi parte y me dijo que naranjas de la china, ¿y como iba a explicar yo a mi jefe lo que me pasaba, y que había ido al hospital? La chica me dijo que mi jefe tenía que creeme y yo con cara de "claro por supuesto, como no me iba a creer mi jefe" me fui muy digna.


¿En serio eran así los hospitales? Pues si, en serio, tienen peluquerías y fruterías tardan 2 minutos en atenderte, y tu jefe confía en que has ido sin saber si te has quedado en casa durmiendo con cuentítis aguda o te has pasado la mañana flipando en un hospital en medio de la nada y que huele a naranjas!


GRACIAS, a aquellas personas que me leyeron en el primer post y en especial a aquellas que tuvieron dos minutos para comentar, se agradece infinito!


Os dejo para seguir disfrutando de mi cumpleaños, hasta nueva orden un beso feliz!

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